“Benditos sean tus pies, que te han traído por estos senderos”;
“Benditas sean tus rodillas, que se arrodillarán en el altar sagrado”;
“Bendita sea tu matriz, sin la cual no podríamos existir”;
“Benditos sean tus pechos, formados en belleza y fuerza”;
“Benditos sean tus labios, que mencionarán los nombres sagrados”.
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